Siempre he creido que sólo había un tipo de amor en una relación de pareja; ese intenso, apasionado, calmado, a veces celoso, ese que rompe con todas las barreras, que te emborracha a veces, otras te abre los ojos, otras te ciega, otras lo da todo sin pedir nada a cambio... y a estas alturas de mi vida me entero que hay más de uno, que aparecieron los otros cinco hermanos que estaban encerrados en el sótano.
Por lo visto, según una teoría de John Alan Lee(psicólogo canadiense), hay seis tipos de amor.
Eros, Storge, Ludus, Manía, Pragma y Ágape. Vaya nombres ¿No? ¿Cuál de ellos será ese que conocía de toda la vida?
Eros
Esta me la sé, es ese tío griego, ese dios que se dedicaba a la lujuria y el sexo. Leo la definición de John Alan Lee y... ¡Bingo! Eros es el hermano amor que basa su relación en lo erótico y lo sensual, o lo que es lo mismo... en el sexo puro y duro. Según el psicólogo, surge rápido y desaparece igual de rápido. Vamos, que cuando te quieres dar cuenta ya se ha ido. ¿Será pariente de la eyaculación precoz?
Storge
¿Pero eso no era una película en la que los protas viajaban por el universo a través de un agujero gusano con ese nombre? ¿No estábamos hablando de amor? Hmmm, será mejor que consulte las teorías de John Alan.
Bueno... por lo visto... el storge es un tipo de amor compañero, afectuoso y amistoso. Un amor lento, tranquilo y que ve la pasión de lejos. Eso sí, muy sólido...
Ludus
Es el hermano juguetón que se sorprende y se entusiasma como un chiquillo. Siempre está de fiesta, con el confetti, las serpentinas, y con el dichoso matasuegras volviendo loco al todo el mundo... no tiene futuro el pobrecito. Ni es sólido ni tiene cualidades para sobrevivir a las dificultades de la vida. ¡Pues vaya!, con lo divertido que parecía...
Manía
Como la de morderse las uñas o los padrastros, es un amor apasionado, muy intenso, impaciente, que usa el carpe diem sin medida, con absoluta desproporción exagerada, que se entrega en cuerpo, alma, espíritu, células, moléculas, átomos, leptones, quarks... y exige lo mismo de la pareja.
Sólo apto para los amantes del deporte de riesgo.
Pragma
“Por el interés te quiero Andrés” Si ya sabía yo que tenía que haber un hermano interesado.
Es un tipo muy práctico y muy controlado que planta ante tus narices, sin ningún tipo de vergüenza ni remordimientos, la larga lista de los requisitos que tienes que cumplir. Vamos, que el tío es una “joyita”. O más bien, lo que busca es una, y bien gorda.
Ágape
Este debe de ser el comilón de los seis, orgulloso de sus lorzas...
...pues no, nada que ver oye. Después de consultar al ya citado John Alan Lee, descubro que se trata del hermano bonachón, el que derrocha bondad, paciencia y comprensión por todos los poros, que se sacrifica y se entrega en plan mártir que busca ser canonizado.
¿Pero existe alguien así? Seguro que es más un ideal que alguien real.
La psicología aconseja aprovechar las partes positivas de cada uno de los hermanos. Y digo yo... ¿No sería mejor dejarlo sólo en uno, el amor de siempre que contiene todas las características juntas en lugar de intentar crear una nueva trinidad pero de seis? Que por cierto... ¿Eso sería una “sextidad”? Si ya es complicado entender eso de de los tres en uno, padre, hijo y espíritu, como para complicarnos la vida intentando entender cómo coño va eso de los seis en uno, y encima aprender a usarlos alternativamente en nuestra relación para llevarla a buen puerto.
¿Y qué pasa si tu pareja piensa que usar a Manía es lo mejor en este momento pero tú crees que lo mejor sería usar a Eros? Ya me veo a Manía persiguiendo a Eros por todos los clubs nocturnos. Y mientras, tú y tu pareja mirándolos como dos pasmarotes hasta que se te ocurre probar a otro, que tampoco coincide con el de tu pareja, y gastáis los seis en un periquete. ¿Entonces qué? ¿Ahí se acaba el amor?
Me quedo con el amor todo en uno.
P.D. Besos de esta sardina para la encantadora besugo que tengo por vecina. Por cierto, ¿Tienes un poquito de sal? es para las lentejas, que se me han quedado sosas.